Sobre El porvenir

(L’avenir)[*]

Luis García Orso, SJ[**]

 

Recepción: 14 de mayo de 2020

Aprobación: 18 de mayo de 2020

 

Nathalie es profesora de filosofía en un liceo francés; su esposo es también un estricto profesor de filosofía en la universidad; sus dos hijos son ya independientes. Parecen una familia unida, acomodada, segura, sin más preocupaciones que llevar en orden su vida. Un día, jóvenes estudiantes hacen una manifestación afuera del liceo, en protesta porque el gobierno pretende reducir las pensiones de personas mayores. Nathalie confiesa que ella participó en los movimientos estudiantiles del 68, pero que ahora “sólo le interesa dar su clase”; defiende lo inmutable de la verdad y es ajena a los cambios: “No tengo ninguna ambición de hacer la revolución. Mi proyecto es modesto: trato de enseñar a los jóvenes a pensar por sí mismos”, declara, y no entiende cómo éstos pueden preocuparse por algo que ellos mismos no viven ahora.

Pero la vida —no sólo las aulas— viene a enseñarnos. Un día, el esposo de Nathalie le anuncia que se separa de ella porque se va a vivir con una joven; luego, Nathalie tiene que hacerse cargo de su madre enferma y anciana, y sus editores le avisan que no renovarán su contrato con ella porque sus textos de filosofía resultan anticuados y poco comerciales. Nuestra protagonista ve que su mundo se desmorona, que ahora sus certezas no le sirven, que sus conocimientos son desafiados por la realidad cotidiana que le toca vivir. Sin melodramas, la actuación medida y muy auténtica de la gran Isabelle Huppert va tomando cada pieza que se rompe del engranaje emocional, en un guion sutil y verdadero como la experiencia misma. Huppert encarna un personaje enfrentado a aceptar que el desplome de las certezas en que ha vivido replantea “lo que ha de venir” (el sentido del título de la historia); la desafía a imaginar y la libera del yugo de una vida hecha. “En el estado en que estoy —escribe Nathalie—, ignorando qué soy y qué debo hacer, no conozco ni mi condición ni mi deber. Mi corazón todo tiende a saber dónde está el verdadero bien, para seguirlo; nada me costaría demasiado para la eternidad”.

Entonces, la figura de un joven exalumno, Fabien, la ayudará a abrirse a la novedad y a la esperanza. Junto con otros jóvenes filósofos Fabien se ha mudado al campo, a una granja, para trabajar ahí y para seguir reflexionando y escribiendo. Se encuentran dos visiones de la existencia: quienes creyeron que podrían cambiar el mundo mediante la revolución, y se vieron pronto decepcionados (la generación de Mayo del 68, como Nathalie), y quienes como los jóvenes de hoy —la comuna de la granja— desean cambiarse a sí mismos y aprender otra forma de vivir para, progresivamente, instaurar un nuevo sistema de valores que acabe con un orden mundial injusto y deshumanizante. Nathalie respira ahí el comienzo de su nueva etapa de vida.

En el viaje al campo, guiada por Fabien, una canción muy antigua inspira este nuevo itinerario: “Ship in the Sky”, de Woody Guthrie (1912–1967), el cantautor de causas sociales que inspiraría a Bob Dylan. “Don’t be afraid when it gets dark and rains: My Dad’ll bring your daddy back home again”, se oye en el filme, y abre a otra filosofía: la de la trascendencia desde la cotidianidad y los encuentros humanos solidarios.

En medio de su desconcierto y de su crisis, en medio de la sociedad pragmática y utilitarista en que vive —y contra la cual protestan sus alumnos—, Nathalie debe descubrir la verdad que le ofrece la realidad cotidiana si acepta hacerse cargo de ella, si acepta ir al encuentro amoroso con los otros. En el final de la historia, con una sutileza que nos desarma del todo, la culta filósofa se asume simplemente como la abuela que abraza a su nieto recién nacido. Y otra canción norteamericana clásica cierra el filme: “Unchained Melody”: “Ha sido un largo y solitario tiempo. Y el tiempo pasa tan lentamente […]. Espérame, estoy en camino a casa. Necesito tu amor”.

La joven directora Mia Hansen–Løve (París, 1981) ha escrito y dirigido esta película con la que recibió el premio a mejor dirección en el prestigioso Festival Internacional de Cine de Berlín, en 2016, para luego continuar una carrera de reconocimientos. El porvenir (L’avenir) es una reflexión en cine sobre la vida y el paso del tiempo, sobre las certezas y la verdad; una película densa y profunda, bella y poética, en su aparente cotidianidad; una historia de esperanza y de amor en medio del pragmatismo y del escepticismo de nuestro tiempo.

 

[*] Mia Hansen–Løve, L’avenir (película), Charles Gillibert (productor), Arte France Cinéma/cg Cinéma/Detail Film/Rhône–Alpes Cinéma, coproducción Francia–Alemania, 2016 (dvd, color, 102 min).

[**] Profesor de Teología en la Universidad Iberoamericana, campus Ciudad de México; miembro de la Comisión Teológica de la Compañía de Jesús en México, y miembro de signis (Asociación Católica Mundial para la Comunicación). lgorso@jesuits.net