Presentación

El 21 de septiembre de 1983 falleció en Madrid Xavier Zubiri, para algunos el más profundo pensador de la historia de la filosofía española, aunque menos expuesto a los reflectores que otros de sus coetáneos y maestros. Nos encontramos, entonces, a 40 años de este acontecimiento significativo para la filosofía en habla hispana, si bien éste es sólo el pretexto para dedicarle a Zubiri los monográficos de este N° 119 y del próximo N° 120 de la revista. Decimos “pretexto” porque nuestros motivos no se limitan a la conmemoración. No nos anima homenajear un pensamiento anquilosado entre algunas décadas del siglo XX, sino explorar cómo han permanecido vivos su legado y su influencia a través de distintas generaciones de filósofos y en diferentes latitudes del mundo. La excelente respuesta a nuestro llamado para artículos hizo eco de este propósito. En efecto, confirmó que la filosofía de Zubiri ha sido cultivada, hasta devenir tradición, en múltiples circuitos filosóficos; pero más allá de eso reafirmó su potencial para desbordarse de sí misma, para fecundar nuevas líneas de pensamiento e interpretación y para entablar rigurosos diálogos —algunos insospechados— con otras filosofías y campos del conocimiento.

En esta primera entrega del monográfico publicamos cinco artículos.  En el primero Álvaro San Román Gómez recorre la antropología y la noología zubirianas hasta arribar al concepto de una realidad fundamental y su manifestación como deidad, así como al hecho, fenomenológicamente constatable, de hallarnos religados a esa deidad. Llegados aquí, sin embargo, el autor considera que, a diferencia de Unamuno y Schleiermacher, Zubiri no justifica adecuadamente el puente que permite transitar del hecho de la religación a la concepción de un “Dios personal, inteligente y volente”, esto es, de un Dios a la medida del cristianismo.

En el segundo artículo Fernando E. Ortiz Santana plantea una comparación entre las reconstrucciones del realismo de Reinhardt Grossmann, por un lado, y Zubiri, por otro. El autor realiza este ejercicio de contraste a partir de ocho tesis en las que, mutatis mutandis, reconoce coincidencias en ambos pensadores; hasta finalmente concluir que la afinidad más general en sus planteamientos es la visión de la realidad des–sustancializadora o, dicho afirmativamente, “sistémica”, que el filósofo alemán y el pensador vasco defienden frente a buena parte de la tradición filosófica.

En el tercer artículo José Alfonso Villa Sánchez reafirma —frente al ruido del perspectivismo y la propaganda— la tesis de Zubiri de que el ser humano ha emergido de la realidad y “está instalado, por principio, en la realidad”, y la desarrolla con una propuesta hermenéutica sobre la relación que mantienen entre sí los momentos intelectivos de aprehensión primordial, logos y razón. En esta interpretación el autor se desvía deliberadamente de Zubiri al argumentar que el logos constituye el momento intelectivo estructurante, el cual se repliega como aprehensión primordial y se despliega como razón, anudando de este modo realidad y verdad.

En el cuarto artículo Juan Patricio Cornejo Ojeda, autor allegado al filósofo y traductor chileno Jorge Eduardo Rivera Cruchaga (1927–2017), revela diversas claves de la interpretación y comparación que éste hacía de las filosofías de Heidegger y de Zubiri, en cuyo diálogo entreveraba su propio pensamiento. Mediante estas claves Cornejo sugiere que Rivera, sobre todo en una etapa madura de su trayectoria intelectual, iluminaba algunas insuficiencias de la filosofía de Heidegger a partir de su mayor convergencia con la filosofía de la realidad —y de la inteligencia sentiente— del autor vasco.

Finalmente, en el último artículo de la carpeta monográfica, Ábner Sándigo se propone identificar el lugar del lenguaje en lo que llama “el paisaje de la realidad”. Con tal propósito el autor se apoya en las premisas de Zubiri de que “hay una sola realidad” (numéricamente idéntica en todos sus modos y formas) y de que estamos instalados en ella, lo cual conlleva profundas consecuencias para la concepción misma del lenguaje. La principal de ellas es que de esta manera se abjura de la función representacionalista que suele adjudicarse al lenguaje, lo cual abre paso a una comprensión de este último, primero, en tanto realidad y, segundo, como realización del contenido de otras realidades por su capacidad de configurar esquemas de intelección.

En la carpeta Acercamientos filosóficos esta vez proponemos un único artículo. En él, Salvador Vega Valladares desarrolla un análisis filosófico de La caída, novela que Albert Camus publicó en 1956. El autor pone de relieve en su análisis el pensamiento ético del intelectual franco–argelino, sobre todo a la luz de su exaltación de la “rebeldía”, actitud que conlleva un reconocimiento del absurdo (de la sinrazón, la injusticia, el dolor y, en especial, la muerte) en tanto destino “aplastante”, pero no el abandono a sus implicaciones vitales. La rebeldía no sucumbe al nihilismo ni al crimen, sino que, co–originaria con la solidaridad, reafirma una dignidad común y con ello da valor a la vida y a la lucha misma contra todo aquello que la calumnia.

En la carpeta Cine y literatura, Luis García Orso, S.J., nuestro colaborador en la sección de cine, esta vez dedica su reseña a Pinocho, la reciente y multipremiada película del director tapatío Guillermo del Toro. La mirada de García Orso, apoyada en su conocimiento bíblico, descubre e interpreta los múltiples símbolos cristianos que recorren la historia de Pinocho, el niño–marioneta que muestra “cómo poner bondad y libertad en medio de la maldad y la imposición que nos rodea, cómo buscar la vida en escenarios de guerra y muerte”; el mismo niño–marioneta que al final decide ser mortal, finito, por amor a Geppetto, su padre que lo quiere exactamente como es.

En la sección de literatura, por su parte, José Miguel Tomasena reseña Los años, obra de Annie Ernaux sobre la que nuestro colaborador confiesa: “lleva el arte de la novela más allá de lo que yo creía que era posible”. La clave de este prodigio narrativo radicaría, a juicio de Tomasena, en conseguir iluminar la dimensión social constituyente de toda biografía individual, en este caso, la historia y las transformaciones sociales de la sociedad francesa de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, que se funden con la vida y la memoria individuales de Ernaux.

En la carpeta Justicia y sociedad, con la que cerramos el presente número, publicamos el artículo de Diego Mauricio Torres de Luna, el cual, por un lado, aporta elementos generales para entender el fenómeno de la injusticia cognitiva en diferentes dimensiones (política, histórica, social) y, por otro, le imprime una perspectiva particular al diagnóstico por enfocarlo en la región latinoamericana, especialmente en México y en el ámbito de la educación superior. El autor da pistas, además, sobre algunas estrategias que podrían contribuir a contrarrestar esta forma de injusticia, entre las cuales se encuentran el diálogo de saberes y la interculturalidad.

Desde Xipe totek deseamos a todas y todos nuestros lectores un feliz verano, agradeciéndoles, como siempre, el interés que mantienen en la revista.

Miguel Fernández Membrive